Trujillo, tierra de conquistadores

Vinculada a su cercana Mérida en tiempos romanos, esta pequeña ciudad, con nombre propio debido a su espectacular belleza, debe su esplendor a las diferentes culturas que se apoderaron de ella durante toda su historia. Roma, visigodos y árabes dieron como resultado, la cuna de alguno de los descubridores de América.

Nuestros amigos del Albergue La Jarilla, nos han contado como la mayoría de visitantes y turistas de su enclave, eligen este, por su cercanía a Trujillo, entre otras ciudades históricas de la vieja Extremadura. Sin duda, la riqueza histórica, el patrimonio propio y la tradición que ofrece esta tierra de conquistadores, es sin duda un privilegio para aquellos que decidan adentrarse en sus calles empedradas.

Castillo, ermitas, iglesias y casas nobles en las que, en otros tiempos, vivían los señores de la ciudad. Su Plaza Mayor, gobernada por la estatua ecuestre del mismísimo Francisco Pizarro, no deja indiferente. Tierra de conquistadores reales y ficticios, su alcazaba árabe sirvió como escenario para la popular serie Juego de Tronos.

El mejor momento para visitar este espectacular lugar, es sin duda el otoño, donde las temperaturas se mantienen agradables y la luz, convierten esas calles en parajes dorados debido al ocre de sus construcciones.

Todo gira en torno a su espectacular Plaza Mayor, donde la citada estatua de Pizarro, dirige a los turistas por los recónditos lugares e interesantes fachadas que componen ese epicentro cultural.

Crisol de culturas, se puede decir de este pequeño pueblo que no alcanza visos de ciudad. Con tal riqueza cultural que puede compararse a Toledo, otrora capital del país. Sin embargo, Trujillo, sin poseer tanta fama, sobrevive a su esencia cultural, haciéndose un nombre propio.

Cosas que ver en Trujillo

A parte de pasear por la citada Plaza Mayor, cuyos balcones cuentan con escudos en sus esquinas, símbolo inequívoco de la construcción propia local, en este pequeño pueblo, puedes visitar otros enclaves.

Dentro de la misma plaza, se encuentra Iglesia de San Martin, una cita ineludible para todo visitante que se acerque a la localidad. Su estilo tardo gótico, se caracteriza por contar con una sola nave pero con la altura propia de la arquitectura gótica. Su conocida Puerta de las Limas, si está construida absolutamente en estilo gótico.

Una peculiaridad de está imponente iglesia es su interior lleno de lápidas. Al no contar con un cementerio, la sepultura se hacía en su interior hasta que se creó el cementerio en el siglo XIX.

La virgen de la Corona que habita en su interior, es por el contrario de estilo románico. Heredada del antiguo templo, templario.

Otra visita religiosa que no puede faltar, es la Iglesia de Santiago, ubicada en la plaza del mismo nombre, fue torre defensiva donde se aunaron Templarios, orden de Calatrava y de Alcántara. De origen puramente románico, su interior está lleno de símbolos de la orden de Santiago.

No puedes pasar por Trujillo sin visitar su castillo. Esta imponente fortaleza, no es realmente un castillo. Se trata de una alcazaba árabe. La construcción defensiva, data del siglo IX no cuenta por tanto con una torre del homenaje propia de los castillos. Sin embargo, goza de un enorme patio de armas con veinte torres y dos aljibes en su interior.

Las casas señoriales que puedes visitar son entre otras el Palacio de Juan Pizarro de Orellana. Este singular edificio, fue durante los tiempos de la conquista de América, la casa de contratación para el Nuevo mundo.

La que fuera residencia de los Reyes Católicos, conocida como casa Fuerte de los Chaves, se encuentra en muy buen estado de conservación. Entre esas paredes se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Isabel y Fernando.

Los que quieran cruzar la Coria, una puerta que llevaba a quienes la cruzaban a la población del mismo nombre, pueden caminar también hacia las murallas. Esta era una de las puertas con las que contaba la muralla y se encuentra cerca del convento de San Francisco.

Cosas que comer

La gastronomía extremeña es amplia. En Trujillo, cabe destacar el vino de la tierra y su mimo por la materia prima. Quesos y embutidos de la matanza, así como un aceite de oliva con D.O. que nada tiene que envidiar a los que producen los olivos de Jaén.

Algunas especialidades de la tierra son las carnes a la brasa, las migas, el jamón ibérico o la torta del casar, la patatera o el cochifrito. Todos ellos, dentro de la cultura gastronómica extremeña pero en este caso, con un sello personal propio de la localidad.

La oferta culinaria es variada porque bebe de toda la gastronomía extremeña, sus platos típicos son versiones que cambian de pueblo a pueblo, debido a las recetas familiares que les acompañan desde generaciones anteriores.

Visitar Trujillo y visitar la historia de España. Desde la antigua Roma, hasta la conquista del Nuevo Mundo.