El planeta Tierra está sobrecargado. Una simple vuelta por el campo o un vistazo a las cunetas de nuestras carreteras así lo confirma. Después de años y años de producción incontrolada, consumo poco ético e inconsciencia sobre las necesidades y los cuidados de nuestro planeta, el medioambiente clama a gritos un ‘stop’ para regenerarse y, sobre todo, para que tomemos consciencia. Y no es para menos, ya que nuestra salud depende de la salubridad de nuestras aguas, el oxígeno que respiramos lo crean los árboles, las abejas nos aportan el equilibrio necesario que reciben del polen que a su vez proviene de las flores y entre los muchos beneficios de las plantas se encuentran que filtran el agua de la lluvia o que impiden que los ríos se desborden.
Cierto es que cada vez existe una mayor conciencia, cada vez más personas se identifican con el estilo de vida ecológico y optan por adoptarlo y, sobre todo, cada vez más empresas e industrias deciden aportar su granito de arena con el objetivo de generar la menor cantidad posible de residuos. Y es que si los niveles de contaminación ya eran elevados hace apenas un par de años, la crisis del coronavirus ha provocado una situación de emergencia extrema. En 2020, se registraron más de 130.000 infracciones ocasionadas por personas que desechaban sus guantes y sus mascarillas en la naturaleza, por lo que también se tramitaron más de 4.000 delitos contra el medio ambiente.
Es por ello por lo que cada vez más negocios están implementando el uso de bolsas de plástico biodegradables. Como nos recuerdan nuestros amigos de Bioplásticos Genil, este tipo de bolsas se fabrican con materias primas procedentes del almidón de maíz o de patata, que a su vez están bajo unos estrictos estándares de calidad que cumplen con la normativa EN 13432 que regula las bolsas biodegradables compostables. Para comprobar si las bolsas que nos ofrecen, y que al fin y al cabo estamos pagando tras la aplicación de la norma que lo regula, debemos fijarnos en los logotipos que lleva impresos, tales como la identificación de que ha sido fabricada con materiales biodegradables compostables, los logos de la entidad certificadora que ha auditado el material y el número de certificado del fabricante.
Y si nos hemos centrado en la problemática del plástico es porque este material tarda 1.000 años en descomponerse, arrasando durante este tiempo con arrecifes de corales, contaminando nuestros mares y provocando la muerte de numerosas especies marinas, como las tortugas que se enganchan con las bolsas, los peces que creen que es comida y las etiquetas y otras piezas plásticas que encontramos cuando nos damos un baño en la playa. Además, se ha descubierto que numerosos pescados llegan a nuestra mesa con una gran cantidad de microplásticos que, irremediablemente, pasarán a nuestro organismo.
¿Qué podemos hacer para salvar el planeta?
Reducir el consumo de plástico y fácil y barato. Puede ser que en un primer momento consideremos que hay muchos elementos por comprar, pero la realidad es que estos sustitutivos del plástico duran muchos años y en numerosas ocasiones los tenemos dando vueltas por casa sin saber cómo darles uso. Aquí va una pequeña selección:
- Evitar comprar agua embotelladas en plástico. Hay muchas alternativas a las botellas de plástico de un solo uso, como pueden ser las cantimploras, las botellas de vidrio o incluso las botellas retornables. En cualquier caso, la mejor opción es optar por beber agua del grifo previamente filtrada con un buen filtro para quitar todas las impurezas.
- Di no a las pajitas de plástico. En este caso, también existen muchas alternativas. Y es que las pajitas de plástico presentan un gran problema, ya que acaban en el mar y muchas especies marinas se tragan este objeto y después son incapaces de respirar. La buena noticia es que son totalmente prescindibles, pero, si aún así sigues considerando que son necesarias en tu día a día, puedes optar por las pajitas de bambú o de metal, que además ya se pueden encontrar en cualquier comercio.
- Acude al supermercado y a la frutería con tus propias bolsas reutilizables. En la actualidad, cualquier gran superficie tiene a la disposición de los consumidores bolsas reutilizables y los pequeños comercios están apostando por las bolsas de tela. Sea cual sea la opción que prefieras, este tipo de bolsas son muy versátiles, duran mucho tiempo y permiten que ahorremos en bolsas. Además, para comprar piezas de fruta podemos optar por bolsas pequeñas de malla o de tela, ya que no pesan y son muy fáciles de lavar.
- Al trabajo o de camping, con tuppers de cristal o de acero inoxidable. Olvídate de los tuppers de plástico, que además retienen mucho el olor y tienen un periodo corto de vida.