Recomendaciones para escoger el mejor jamón ibérico

El jamón ibérico es un alimento muy saludable, porque aporta hierro, cobre, calcio, zinc, magnesio, fósforo y selenio. También proporciona vitaminas B1, B6, B12 y ácido fólico, necesarias para un buen funcionamiento del cerebro.

Varios estudios han comprobado que es bueno para el sistema cardiovascular, casi tanto como los pescados azules, las nueces o el aceite de oliva.

Aunque es un embutido con un alto contenido de grasa saturada y de sal, por lo que se desaconseja en personas con problemas cardiovasculares.

El diario ABC informa que «la primera denominación de origen para jamones ibéricos la logró Guijuelo en 1984. Luego llegarían las otras tres que existen actualmente en nuestro país: Dehesa de Extremadura, Huelva y Los Pedroches».

Es un alimento de alto valor nutricional porque tiene entre 8 y 10 veces más tiamina o vitamina B1 que el resto de carnes. Además, la grasa del jamón ibérico destaca por niveles elevados de ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y bajos de ácidos grasos saturados.

Un estudio, realizado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha comprobado que este alimento no eleva triglicéridos ni tampoco la tensión arterial. Además, mejora el endotelio, el tejido que tapiza nuestras arterias.

«Hemos comprobado que el consumo de 50 gramos al día de jamón ibérico durante seis semanas mejora el endotelio, además lo hace con efecto memoria y los beneficios se mantienen después de dejar de consumirlo», explica José Sabán, responsable de la Unidad de Endotelio y Medicina Cardiometabólica del hospital madrileño y director de la investigación.

La mejora se consigue gracias al óxido nítrico «un gas liberado por un endotelio más saludable que actuaría como un potente vasodilatador, además de antioxidante», informa.

Pese al consumo diario, los participantes en el estudio no aumentaron su peso, ni experimentaron una subida de triglicéridos. El estudio se hizo con dos tipos de jamones, es decir, de cebo y de bellota y dos grupos de voluntarios.

Ambos tipos de jamón mostraron beneficios cardiovasculares, aunque los participantes que tomaron el de bellota la mejora endotelial fue superior, porque ese jamón tiene mayor contenido de polifenoles, unos potentes antioxidantes y antiinflamatorios a nivel vascular.

Para comprobar que los beneficios procedían del jamón, durante la investigación se controló la alimentación de los participantes reduciendo el consumo de otros alimentos ricos en antioxidantes como el chocolate negro, el vino tinto, el aceite de oliva, el té verde y los frutos rojos.

Los profesionales de Destino Activo explican que si quieres conocer el proceso de elaboración del exquisito jamón ibérico adéntrate en las dehesas de Extremadura, porque allí los cerdos ibéricos se crían en libertad, alimentándose de los productos naturales que les brinda la dehesa.

Para ser considerado jamón ibérico la madre del cerdo siempre tiene que ser de raza ibérica. En las etiquetas podemos encontrar tres tipos:

Ibérico 100%: tanto el padre como la madre son de raza ibérica certificada.

Ibérico 50%: la madre es de raza ibérica 100% certificada, pero el padre es de raza Duroc, un tipo de cerdos parecidos al ibérico pero de mayor rendimiento.

Ibérico 75%: la madre es de raza ibérica 100% certificada y el padre es 50% ibérico.

También es importante el tipo de alimentación que ha llevado el porcino. Hay tres tipos:

De bellota: El cerdo ha sido alimentado única y exclusivamente de estos frutos. Los animales se sacrifican cuando tienen al menos 14 meses.

Cebo de campo: Significa que los cerdos han sido alimentados con pastos naturales y piensos autorizados. Se sacrifican a los 12 meses como mínimo con un peso de entre 108 y 115 kilos.

Cebo: Los animales han sido alimentados solo de pienso de cereales y leguminosas dentro de naves o cebaderos, donde disponen de 2 m² para cada uno. Se sacrifican a los 10 meses de edad como mínimo y un peso de entre 108 y 115 kilos.

Para comprar un jamón de calidad comprueba que en la etiqueta ponga que el jamón es 100% bellota. Los expertos explican que los jamones ibéricos puros o 100% suelen ser más pequeños que los cerdos cruzados, por lo que suelen pesar entre los 7 y los 9 kilos.

Evita los jamones que se han salado demasiado porque la piel se vuelve más dura al igual que los tendones. Los jamones 100% bellota tienen bastante grasa, así que antes de comprarlo, examina la parte más ancha y redondeada de la pata de que haya al menos 1 centímetro y medio de grasa.

Además, es aconsejable que esa grasa sea o blanca o de color amarillo muy claro, ya que cuanto más oscura sea, más seco estará. Otra de los beneficios es que el ibérico contiene sal, pero es el tipo de jamón que menos tiene de todos.