Los eventos deportivos son un reclamo mundial. Al ser retransmitidos por diferentes medios de comunicación y seguidos por millones de personas en todo el mundo, constituyen un auténtico escaparate para las personas, los países y las empresas. Podríamos decir que no hay ningún evento en todo el mundo que tenga la misma repercusión que la que tienen unos Juegos Olímpicos o un Mundial de fútbol, que son los eventos deportivos más seguidos en todo el mundo y que se celebran cada cuatro años. Desde luego, la calidad de los deportistas que disputan este tipo de eventos es lo que hace que ese seguimiento del que estamos hablando sea tan grande.
Los eventos deportivos son una auténtica oportunidad de negocio para empresas de prácticamente todos los sectores. Ni que decir tiene que constituyen una excepcional posibilidad de ganar dinero para la hostelería, que suele adquirir beneficios con cada partido que juega España en el Mundial de fútbol y también con un partido de la selección olímpica de baloncesto. Y ojo, que hay más actividades que suelen obtener ganancias gracias a esto. La industria textil, encargada de la producción y venta de camisetas deportivas, obtiene también su cuota cuando llegan eventos de este tipo.
Al igual que ocurre en el caso de las camisetas, la producción y venta de banderas se dispara cuando tiene lugar un evento deportivo de la máxima magnitud. En Fábrica Banderas tienen claro que los eventos de máxima relevancia en este sentido son el Mundial de fútbol, los Juegos Olímpicos y la Eurocopa de fútbol. El deporte es el momento en el que los españoles y las españolas olvidamos nuestras diferencias y en el que vamos todo el mundo a una. Eso se nota a la hora de vender productos como las banderas, que representan no solo a una nación, sino también a una cultura en concreto.
Es verdad que la venta de banderas españolas es mucho más potente cuando las cosas en el ámbito del deporte funcionan mejor. Un ejemplo muy claro fue el periodo comprendido entre el año 2008 y 2012. La selección masculina de fútbol consiguió en ese plazo dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica. La selección de baloncesto, que venía de ser campeona del mundo en 2006, consiguió ser campeona de Europa y subcampeona olímpica en dos ocasiones, siendo superada únicamente en ambos casos por Estados Unidos, en cuyo equipo se encontraban los mejores jugadores del mundo. Claro, con esta serie de éxitos deportivos, no era extraño encontrarse las calles de nuestro país plagadas de banderas nacionales.
Es cierto que, desde entonces, España ha vivido un ligero retroceso en lo que tiene que ver con el fútbol y el baloncesto en materia masculina y que esa rebajado la fiebre de la que veníamos hablando en párrafos anteriores. Pero eso no esconde el hecho de que los eventos deportivos son un soporte extraordinario para dar salida a productos como las banderas. Esto no es algo que solo ocurre en España, sino que también es habitual en los demás países del planeta.
Otro de los momentos importantes en relación al deporte y la fabricación de banderas que se desprende del mismo es cuando llega la hora de que nuestro país asuma la organización de un evento como del que estamos hablando. Como todos y todas sabéis, nuestro país fue el organizador del Mundial de fútbol de 1982. Ese fue también un momento muy importante de nuestra historia deportiva y en el que más banderas de España se fabricaron y vendieron. No es casualidad. La gente se vuelca en el apoyo de los suyos cuando organiza algo tan grande como esta competición.
¿Es el Mundial de 2030 una posibilidad real?
En el horizonte, aparece la posibilidad de que en nuestro país vuelva a organizar una cita mundialista futbolística. Se trata del Mundial de 2030, en el que España quiere, en este caso, compartir la organización con Portugal y Marruecos. Sin lugar a dudas, es una muy buena idea que nos volvamos a poner en el centro de la atención futbolística mundial. Y es que debemos recordar que esto no solo beneficia a los fabricantes de banderas, sino también a toda la economía nacional. Por tanto, debemos hacer fuerza para que la FIFA nos conceda ese Mundial. Seguro que tenemos más opciones de ganarlo si lo jugamos en casa.
Organizar ese evento es una posibilidad real, que a nadie se le olvide. Ojalá que tengamos la oportunidad de hacerlo. Esto marcaría a varias generaciones que no vivían todavía cuando nuestro país se convirtió en el centro del mundo al organizar ese Mundial de 1982 del que tantas veces hemos escuchado hablar. La verdad es que haríamos historia y que ese evento lo tendríamos en el recuerdo a lo largo de toda nuestra vida.