Como muchos de vosotros ya sabréis porque tenéis niños en edad escolar, este curso los colegios han adoptado el método burbuja en las aulas para evitar el contagio masivo de coronavirus entre los estudiantes y los brotes en los centros escolares. Eso significa que los niños solo pueden relacionarse con otros niños de su misma aula y nada más, por lo que incluso los descansos o recreos se hacen por turnos y en espacios bien diferenciados con el fin de que cada aula tenga una espacio limitado para el juego y no se crucen los alumnos de una clase con los de otra.
Hasta ahí todo correcto y comprensible, ¿verdad? El problema llega cuando esos mismos niños llegan juntos en el autobús, todos mezclados, hasta la escuela o cuando sus padres deciden llevarlos al parque y acaban jugando con niños incluso de otros centros escolares. Si hacemos eso, ¿para qué narices sirven los grupos burbuja? Más bien de poco ¿no? Pero como dicen los expertos, más vale eso que nada. Tal vez antes que educar a los niños deberían educar a los padres para que todos estemos bien concienciados con lo que es lógico hacer y lo que no, pero supongo que ese es otro tema que es mejor no tocar para no herir personalidades sensibles. Y que conste que lo dice una persona con hijos, ya que hay quien asegura que los que pensamos así es porque no tenemos hijos y no conocemos sus necesidades pero, lo siento, nada más lejos de la realidad.
Mis hijos quieren jugar como el que más, quieren sociabilizar y conocer amigos nuevos, es lógico y normal que quieran eso, pero ahí estamos nosotros, como padres, para explicarles que la situación es complicada y decirles lo que pueden o no pueden hacer.
Mis hijos no van al parque (¡oh, Dios mío!), pero ya me preocupo yo de que jueguen y sociabilicen en otros ámbitos, ¿cómo? Pues teniendo un poco de conocimiento.
Lógicamente no voy a prohibir a mis hijos ver a sus primos, porque al ritmo que vamos la vacuna no estará presente en todos los países para implantarla en toda la población hasta finales de 2021, o más, y no voy a tener a mis hijos y sobrinos castigados más de un año, así que el grupo burbuja de mis hijos se compone de su aula y de los hijos de amigos muy allegados y sus primos.
Está claro que al final estamos abriendo la veda porque mis sobrinos también van al colegio con sus propios grupos burbuja al igual que los hijos de mis amigos y, lo mires por donde lo mires, todos acabamos conectados de alguna manera. Pero, aun así, ¿no será mejor y más precavido lo que yo hago antes que juntarlos con 20 niños que ni conocemos en un parque por donde han pasado 200 niños más?
Extraescolares
Pero dejando a un lado el hecho de que yo intento ser consecuente para proteger tanto a mis hijos como al resto de niños de la escuela y otras madres y padre no lo hacen exponiendo, por tanto, a mis hijos a esa falta de precaución, yo ahora estoy preocupada por otro tema que tiene que ver con todo esto: las extraescolares.
Lógicamente, tal y como me explicaron cuando llamé a los profesionales de AEM (Actividades Extraescolares en Madrid), las empresas especializadas en la organización de eventos deportivos para escuelas y actividades extraescolares no pueden ofrecer ningún tipo de clase a los niños si no se forma un grupo con un número mínimo de alumnos porque, básicamente, no les merece la pena.
Pensadlo bien, si el profesor que da las clases de dibujo, inglés, teatro, judo…. tiene que cobrar a final de mes un sueldo “X” por su trabajo pero el dinero que la empresa obtiene de la matriculación y mensualidad de cada niño a esas clases no cubre ese sueldo al final, lo que hacen, es perder dinero. Por eso suelen establecer un mínimo de 8 o 9 alumnos para crear grupo e iniciar una actividad extraescolar.
Ahora no se pueden mezclar los grupos burbuja por lo que no es suficiente que haya un mínimo de ese número de alumnos por nivel de inglés (por ejemplo) en todo el colegio, sino que tienen que estar interesados en esa clase extraescolar ese mínimo número de niños en una única aula, lo que complica bastante la posibilidad de establecer grupos.
Y es normal, porque en una clase de 25 niños tres pueden querer apuntarse a Judo, cuatro a natación, siete a fútbol, dos a teatro, cinco a inglés… por lo que si realmente queremos que esa empresa ofrezca la clase extraescolar que nos interesa, a pesar de que haya muy pocos niños que quieran apuntarse por cada grupo burbuja, lo normal es que aceptemos el hecho de que la mensualidad a pagar será mucho mayor que años anteriores y, si no lo aceptamos, directamente no podrá haber clase extraescolar.
Según el colegio Madre de Dios Ikastetxea, las actividades extraescolares también son una parte muy importante para la educación y sociabilización de los niños. Ya no porque podamos tener a un Isaac Albeniz en casa y no lo descubramos hasta que lo apuntamos a clase de música, sino también porque aunque en la escuela se les intenta dar todas las lecciones que necesitan, el contexto, los amigos y otros ámbitos son necesarios para que adquieran la riqueza cultural que realmente es óptima para ellos.
El caso es que eso es exactamente lo que ha pasado en el colegio de mis hijos. No hay extraescolares porque no hay suficientes alumnos por grupo burbuja que quieran apuntarse a ellas y tampoco los padres están dispuestos a pagar más por cada extraescolar así que, no hay solución.
Algunos de nosotros, que formamos parte del AMPA, hemos barajado la posibilidad de dar algún tipo de subvención para extraescolares pero ni por esas, no llegaríamos ni queriendo a lo necesario. Eso sí, ya estamos moviendo hilos para organizar pequeñas escapadas y excursiones de actividades con Naturacción, pues es la única posibilidad que vemos viable de conseguir esa necesidad de sacar a los niños de la rutina practicando actividades que les gusten y sin salir del grupo burbuja. Ahora lo que nos falta conseguir es la vía libre del colegio para organizar, por lo menos, una escapada extraescolar en cada trimestre.
De hecho, creo que este año sería interesante incluso cambiar la salida que se hace todos los años a la granja escuela por una escapada de actividades así. En mi opinión, sería beneficioso dadas las circunstancias.
Opciones para los padres
Otra cosa es lo que podemos hacer nosotros, como padres y madres, para intentar subsanar esa falta de extraescolares durante el curso. Mis hijos, por ejemplo, están acostumbrados a dar clases de inglés (que ya notarán la falta) pero también a practicar un deporte cada uno que, en mi caso, eran fútbol y gimnasia deportiva.
Lógicamente yo no voy a organizar un campamento de fútbol durante las vacaciones de Navidad, ni en Semana Santa, más que nada porque me resultaría prácticamente imposible, pero sí puedo organizar otro tipo de actividades en familia que suplan, en cierto modo, esa falta de ilusión por no hacer algo diferente al salir de la escuela, algo que les gusta y les entretiene.
Si fuera entrenadora personal o hubiera estudiado Educación Física, tal vez me plantearía preparar algunas actividades para los dos un par de días a la semana pero no es el caso, y además creo que los dos solos se aburrirían por lo que tendría que invitar a primos y/o amigos del grupo burbuja y al final todo eso sería un caos. Pero lo que sí puedo hacer es organizar un par de escapadas, o las que la economía familiar nos permita, y conseguir devolverles la ilusión por hacer algo nuevo, distinto, y que se sale de los estándares que ellos tienen en mente.
Por ahora ya he me puesto en contacto con Puerto Buceo para hacer un bautismo de buceo en familia. Al principio me daba un poco de miedo por el peque, pero ya me han explicado que adaptarán ese bautismo a las posibilidades físicas de los integrantes y, por ende, se hará lo que se pueda y hasta donde se pueda, aunque lógicamente hay un mínimo en la edad así que los que tengáis niños muy pequeños es posible que debáis buscar otro tipo de actividades.
Por ahora he pensado en un fin de semana de barbacoa con partida de paintball. Otro fin de semana especial con una práctica de tiro con arco o tirolina, e incluso he descubierto una agencia que realiza excursiones de espeleología educativa infantiles.
Tal vez, para algunas de esas actividades, llamaré a mis sobrinos, pero no en todas.
A nivel económico no creáis que se nos va mucho de precio. Normalmente, en nuestra escuela, se pagaban unos 25 euros mensuales por actividad extraescolar, y como cada uno de mis hijos hacía dos actividades el gasto mensual total en esta partida familiar era de unos 100 euros. Pues bien, esos 100 euros me permiten organizar una actividad mensual en familia de este tipo, y es lo que pretendo hacer.
Lógicamente si en el la actividad metemos una escapada con alojamiento y desplazamiento a otra provincia la cosa se dispara, por eso la mayoría las haremos cerca de casa y tal vez, un par, las reservaremos para semana santa o algún puente especial y serán como nuestras pequeñas vacaciones ya que es muy posible que en verano, si seguimos igual que ahora, nos quedemos en casa.
¿Y tú, te apuntas a nuestras actividades? Cada familia debería tener en mente organizar algo así, y por eso os lo traslado a vosotros, mis lectores.